Las lentes progresivas destacan por su versatilidad. Permiten ver de forma nítida con una misma gafa, todas las distancias
La exactitud de la posición de la lente respecto a los ojos y una valoración precisa de las necesidades del usuario permiten que la adaptación a los progresivos sea más fácil y cómoda.
La presbicia, también llamada ‘vista cansada’, dificulta la visión de cerca. Aparece generalmente a partir de los 40-45 años. Asociada a la edad, la capacidad de enfoque del ojo empeora paulatinamente para realizar actividades como leer o escribir, por lo que son necesarias lentes compensadoras.
Tanto las personas que tienen alguna ametropía o defecto de refracción en el ojo (miopía, astigmatismo o hipermetropía) como las que no, con el paso del tiempo, utilizan gafas para ver bien de cerca. En este Cuidados Visuales te contamos por qué las lentes progresivas, en especial los personalizadas, son la mejor alternativa para las personas que tienen presbicia.
VENTAJA DE LAS LENTES DISEÑADAS A MEDIDA
Las lentes progresivas destacan por su versatilidad. Permiten ver de forma nítida con una misma gafa, todas las distancias. Utilizando la parte superior de la lente para enfocar en distancias largas, la parte inferior para cortas y la central para intermedias. Son la mejor solución frente a otras alternativas para compensar la presbicia, como lentes monofocales, con las cuales sólo se ve bien a una distancia fija que suelen ser unos 40 cm.
La transición entre las diferentes zonas de enfoque se realiza en una progresión suave, en una transición cómoda entre graduaciones, sin líneas antiestéticas de separación entre ellas.
El periodo de adaptación que requieren las lentes progresivas se ha reducido gracias a la evolución de la tecnología aplicada a su diseño, el tallado digital de las lentes y los materiales de fabricación. Por ello, casi todos los usuarios pueden disfrutar rápidamente de la comodidad visual con sus lentes personalizadas.
CÓMO SE PERSONALIZAN LAS LENTES PROGRESIVAS
Los objetivos son: conseguir que el campo de visión de los usuarios sea técnicamente lo más amplio posible y la rapidez en la adaptación. En un examen visual completo, además de la graduación, se analizan diferentes variables para definir la mejor solución adaptada a las necesidades visuales de cada persona. Los parámetros que se tienen en cuenta son:
La fisionomía facial, las distancias entre los ojos y entre la córnea y la cara interna de las lentes.
Para definir las zonas visuales que se utilizan con más frecuencia se consideran las preferencias de uso, los hábitos, el estilo de vida y el tipo de actividades que realiza el usuario: estáticas, dinámicas, deportivas…
Los puntos y la altura de enfoque del usuario a través de la montura elegida.
La curvatura de la montura y su inclinación con respecto a las varillas.
La exactitud de la posición de la lente respecto a los ojos y una valoración precisa de las necesidades del usuario permiten que la adaptación a los progresivos sea más fácil y cómoda.
Consúltanos cualquier duda que tengas, te facilitaremos la información que necesites y estaremos encantados de aconsejarte en todo lo referente a tu salud visual.